Este 27 de agosto tendrá un sabor agridulce en el alma.
El Ing. Héctor Mario Espina termina su ciclo como Presidente de la Administración de Parques Nacionales.
Es una persona a quien, en estos tres años del Programa Parques Nacionales y Escuelas Interactivas, aprendimos a querer y respetar.
Porque desde el primer momento en que lo conocimos – al recibirnos en su despacho de inmediato, con sencillez y sin vueltas- demostró su calidez como persona y su calidad profesional…
Porque fue ejemplo de funcionario que trasuntó ser genuino, respaldando sus palabras con sus actos…
Porque en avión viajaba en clase turista y cada vez lo vimos hacer fila como un ciudadano común…
Porque nos acompañó siempre que pudo a las lejanas y aisladas escuelitas rurales en medio de los amados Parques Nacionales…
Porque se emocionó profundamente hasta las lágrimas cuando los alumnos de los lugares más humildes le dedicaron una canción…
Es una persona a quien, en estos tres años del Programa Parques Nacionales y Escuelas Interactivas, aprendimos a querer y respetar.
Porque desde el primer momento en que lo conocimos – al recibirnos en su despacho de inmediato, con sencillez y sin vueltas- demostró su calidez como persona y su calidad profesional…
Porque fue ejemplo de funcionario que trasuntó ser genuino, respaldando sus palabras con sus actos…
Porque en avión viajaba en clase turista y cada vez lo vimos hacer fila como un ciudadano común…
Porque nos acompañó siempre que pudo a las lejanas y aisladas escuelitas rurales en medio de los amados Parques Nacionales…
Porque se emocionó profundamente hasta las lágrimas cuando los alumnos de los lugares más humildes le dedicaron una canción…
Porque Francisco Pascasio Moreno seguramente estaría orgulloso de haber tenido un Presidente de Parques como fue Espina…
Porque será difícil acostumbrarnos a que nada será igual y porque lo vamos a extrañar muchísimo, es que le decimos:
¡Gracias Héctor!
¡Hasta cualquier momento, en el Pilcomayo, en la Isla Victoria, en las Cataratas, en Glaciares, en Baritú…!
¡Gracias Héctor!
¡Hasta cualquier momento, en el Pilcomayo, en la Isla Victoria, en las Cataratas, en Glaciares, en Baritú…!
Te llevaremos siempre en el corazón.
CLAUDIA GOMEZ COSTA
En nombre de todos quienes integramos
FUNDACIÓN APRENDIENDO BAJO LA CRUZ DEL SUR.
En nombre de todos quienes integramos
FUNDACIÓN APRENDIENDO BAJO LA CRUZ DEL SUR.